domingo, mayo 20, 2012

10 Años después...


Conocerse a si mismo es la clave para entender las razones por las cuales sueles tomar ciertas decisiones en tu vida y consecuentemente te llevan por un camino determinado.

Algo que puedo decir, después de 10 años de caminar casi sin saber lo que me traerá el día de mañana, es que, lo que se aprende y no se comparte es como no haberlo aprendido. Y caminar a solas, aunque tiene ciertas virtudes, en el mayor de los casos suele ser monótono y aburrido. Algo que no va conmigo. La dinámica entre uno como individuo y los demás, juega un papel esencial y natural, tiene una relación indirecta con la forma en la que el universo se desarrolla y además es la única metáfora a la cual le puedo dar sentido a esta vida.

Aprendí que la confianza es un contrato muy difícil de cerrar, porque encierra una variedad de intereses que puede cambiar radicalmente de un momento a otro. Esto suele ser un factor muy importante en una relación amistosa por ejemplo, en donde existen intereses ocultos y que al develarse, la relación cambia instantáneamente. Se exige un nivel de honestidad bastante alto y claro para lograr sobrellevar una verdadera amistad, lo cual para muchas personas es un sacrificio tan alto o un hábito tan difícil de seguir que, en la mayoría de las veces se vuelve inestable y termina.

Hablando de "vicios ocultos", qué interesante sería que todo el mundo fuera obeso y que ese fuera su único vicio. Completamente expuesto a la vista de todos, sin forma de ocultarlo ni de disimularlo. Algo que personalmente disfrutaría, ya que absolutamente todos serían obesos. No habría una sola persona que tuviese prejuicios basados en la apariencia, supongo yo. Y además me eximiría de sentirme discriminado a cualquier lugar a donde vaya.

De hecho, este último pensamiento es sin duda una bonita forma de pensar en lo que podría ser nuestra sociedad algún día, si por alguna razón lo llegara a ser. Una sociedad más sintonizada con la honestidad y menos arraigada a las apariencias.

Finalmente veo en el camino, alguno que otro indicio de crecimiento. Una cierta certeza de que me esperan aún muchas cosas más y de que el día de mañana todavía no sé que pasará. Lo cual es algo que me ha traído hasta aquí y que ciertamente me gustaría seguir haciendo.